COMENTARIO

La superación dialéctica no se hace esperar…o debería decir, se hace esperar pero llega. Bolívar ejemplifica esta superación: hombre crítico, juramentó en Roma libertar su América, supo combatir a realistas y criollos traidores, supo hacer coincidir en un mismo plano sus ideales iluministas y la práctica concreta de la revolución. Conciliando el hombre ideal con el hombre real, Bolívar encuentra la manera de solventar una práctica revolucionaria que nunca han sabido llevar adelante quienes se conforman con la realidad tal cual es o quienes la critican estérilmente. Por estos motivos, vale la pena detenerse a leer a Bolívar en esta carta. En ella, el Libertador hace un balance de los 5 años que lleva la revolución en América, enumera lo hecho y lo que queda por hacer, y demuestra tener una visión estratégica de su auto asignada misión libertadora. Pero lo más importante: Bolívar cae en la cuenta en esta carta, que una revolución se hace con ideales pero también con hombres.