COMENTARIO

En un artículo anterior, comentaba el fantástico texto de Andrés Rivera, La revolución es un sueño eterno. La pluma de Rivera es instrumento de una vivisección interesante: la del revolucionario derrotado…no solo derrotado, diría: terminalmente derrotado. Castelli había sido acallado por el cáncer en la lengua y por el triunvirato. Castelli estaba definitivamente vencido.

De la ficción-realidad pasamos a la Historia, otra Realidad. Simón Bolívar pasó por el infierno de la derrota varias veces en su vida. Siguió adelante, nunca se detuvo. La Carta escrita en Jamaica en septiembre de 1815, así como el Manifiesto de Cartagena de 1812, son textos que reflexionan sobre la derrota política. Bolívar demuestra en estas cartas sus múltiples talentos: a) estadista-legislador (talento político), b) pensador-sociólogo (talento intelectual) y c) estratega militar-planificador social (talento técnico). Rufino Blanco-Fombona se sorprende de la combinación (“El pensamiento vivo de Bolívar”).